Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
Los Españoles llevamos lustros, yo diría siglos con la eterna lucha ideológica de derechas e izquierdas enfrentados en una eterna batalla, no por construir una España mejor, sino por destruir una España que consideramos peor, "facha", "roja", "progre" o "fascista".
Los intentos por acabar con la sempiterna manía destructiva tan arraigada en nuestra cultura, han sido fugaces, siendo uno de los más remarcables, el momento de la Transición española. Muy pocos años, después, todo aquello vuelve a ser cuestionado, por unos y por otros. Somos probablemente el país del mundo en el que las constituciones duran menos y se cuestionan más.
Eran años en los que Carrillo y los líderes del Partido Comunista abrazaban la bandera constitucional y momentos en los que la derecha de Alianza Popular era un partido sin posibilidades para gobernar. España estaba centrada, España, por una vez, parecía moderada, muy probablemente harta de tanta radicalidad, tanto cainismo, tanta atrocidad y tantos años de dictadura.
Pero la cabra vuelve al monte. Tras cuarenta años, estamos mucho más cerca del 36 que del 78. El centro no existe, las derechas son cada vez más derechas y la izquierda cada vez más revolucionaria. El nacionalismo vuelve a los mismos postulados que Josep Tarradellas quiso desterrar y España contrapone un nacionalismo de índole contrario, en definitiva, estamos todos de nuevo añorando los tiempos del peor y más fraticida enfrentamiento -de entre muchos- que Las Dos Españas han protagonizado.
La prensa española tiene enorme responsabilidad en la deriva, otra más, hacia la radicalidad y a las dos facciones. Los grandes poderes controlan la opinión pública y se dejan agasajar por los políticos en el poder, la democracia se corrompe cuando se desvían impune y descaradamente fondos públicos para manipular las voluntades y, a la postre, el voto.
Las Dos Españas nace con el objetivo honesto de ofrecer un medio verdaderamente plural en el que absolutamente todas las ideas tengan cabida. Serán los usuarios los que decidan qué se publica y qué se lee. Nuestra intención es prescindir absolutamente de una (única) línea editorial, permitir opiniones enfrentadas y crear un medio donde todas las partes puedan respetar las ideas por muy antagónicas que éstas resulten.